Sácame Una Sonrisa. [Priv. Uziel Black]

¿Abrumada? Perfecta era aquella palabra para describir la manera en la cual se sentía ella, la chica de largos cabellos negros, ojos del color del más puro Rubí, que cuando te miran enojados se ven tan intensos, igualmente cuando están decepcionados, pues así estaban en ese momento, estaba furiosa y decepcionada de sí misma... Se había fallado, ¡Había Fallado a la promesa que se había hecho cuando acepto el trabajo! Era algo imperdonable, si por ella fuera en este preciso instante no le costaba nada jalar del gatillo, pero aquello, sería un gesto cobarde y más despreciable aún del que había cometido hacían dos días.

Con pocas ganas de tan siquiera pisar la tierra de los vivos se sentó en una banca de aquel parque, no se sentía totalmente a gustó allí, estaba en Rusia, una de las razones que influían en el hecho de que no quisiera morir, al menos allí, si moría sería dando su vida por alguien que valiera la pena, salvando una vida, y en su patria no desperdiciandola de tal manera, como un lamento luego de cometer un error sin remendarlo de alguna manera. Se sentía culpable, aunque sabía que aquello le podía pasar a cualquiera, ella no era perfecta era una humana y cometía errores, pero su error había costado la vida un inocente, ¡Vida que ni siquiera le iban a pagar! ¡Vida que no debía perderse! Pero, claro, por ser una idiota falló el disparo matando a aquella pobre niña... Se sentía una maldita y lo era en cierta forma, había matado a tantos y con tantos motivos, pero se había prometido que nunca mataría a un inocente, no muchas razones de exuberante peso.

Suspiró y enterró su cabeza entre las palmas, pensando una manera de redimirse con el universo, pero nada era lo suficientemente bueno, nada en absoluto. Otro suspiró que parecía más un gemido ahogado para contener el llanto escapo de sus perfectamente delineados labios, saco su cabeza de entre sus manos y acomodó la en su cuello, miró hacía abajo y negó con la cabeza, había dejado su abrigo y el frío se le colaba por la falda, no le dio mucha importancia a esto, en su lugar pisó fuerte el pasto seco que se encontraba debajo de sus pies, por un momento la idea de que la tierra se abriría y la tragaría si pisaba con un poco más de fuerza paso por su mente como un rayo, y ella volvió pisar, esta vez con sus dos pies, al cabo de cuatro pisadas fuertes más, no fue la tierra que se abrío y la trago entera, si no el tacón del zapato correspondiente al pie derecho el cual hizo "Clack".

Maldijo su suerte por no ser como Daphne, la chica loca por la moda de aquel antiguo dibujo animado llamado Scoobe Doo, y llevar en su bolso un remplazo para su zapato, un quejido frustrado salió de sus labios, mirando al cielo esta vez.

- ¿¡Es qué esto se puede poner peor!? -Gritó al aire, sin importarle para nada las miradas extrañadas que le dirigían las madres, los niños y los adolescentes que se encontraban en aquel parque, lo que en ese momento le importaba era que hacer para reparar su error, el tacón que se le acababa de romper -gracias a el se vería ridícula-, y el cuando volvería a su país.

Su mirada se posaba en aquel joven de cabellos violáceos de manera imparcial, en su rostro prácticamente no se podía encontrar expresión alguna; él no la miraba, o al menos no directamente, la indignación chispeo su ser de manera inmediata ¿qué era aquello? ¿Desde cuándo había cambiado el papel que llevaba desempeñando toda su vida con aquel chico? ¿Cuándo ella había dejado de no mirar a las personas que le hablaban y pasar a mirarles y estas no le miraban? Un bufido fue arrebatado de sus labios por la actitud de aquel chico, quien al parecer faltaba poco para creerse el Rey de Rusia, aquella actitud la estaba cansando mas de lo debido. Si aquella noche fría no estuviera tan destrozada como lo estaba aquel chico en este momento estuviera invalido, era un simple civil después de todo, o eso daba a parecer.

Sus palabras la dejaron mas indignada aun. ¿¡Una cuerda de violín rompiéndose!? ¡Aquello era insólito! Sabia perfectamente lo trágico, y molesto que es una cuerda de violín rompiéndose a mitad de una tonada, tal vez podía estar exagerando un poco, pero eso sin duda se vería de esa manera si estuviera en una situación parecida a la suya, tal vez si ella fuera soltado un chirrido de emoción, aquel sentimiento fuera tan fuerte dentro de su ser que en este momento le estuviera dando la razón al chico con una sonrisa, y mas bien pidiéndole disculpas dando saltos de emoción. Sacudió su cabeza ante aquella imagen, parpadeando levemente, aquello no pasaría en su vida, ni aunque le dieran la noticia de que sus padres han regresado... Sorbió por la nariz ante ese triste pensamiento. No, el pensamiento no es triste, lo único triste es que esa utopía no puede ser realidad.

Llevo su mirada hacia el pacifico cielo nocturno, cielo que en ese momento era al parecer el único testigo de los dos, ya que las demás personas que se encontraban en el parque hace poco habían dado marcha hacia casa, sus ojos cristalizados rogaron una estrella fugaz, cerro los ojos y respiro profundamente, suspirando al exhalar el aire; sintiendo las pestanas pegajosas abrió los ojos, encontrándose con la penetrante mirada violeta del chico, la devolvió solo para evitar que la tristeza se apoderara completamente de su mirada, cualquier cosa era mejor que aquello, la decepción y la rabia era considera mente mejor a la nostalgia.


- He de a aclarar... Que no es algo que pueda a su persona importar. O un hecho del cual en mi ser intención de compartir se pueda encontrar -expreso de manera calmada, no había rastro de enojo en su voz, mas bien ya no se consideraba lo suficientemente fuerte como para batallar, su alma. Se iba por un tubo, del cual ella no la quería rescatar.


- Podrá preguntar, como, para o por que, pero como lo ha dicho, no he reconocer ni su rostro ni su voz. Si quiere conocer la verdad, al menos su nombre me ha de revelar. ¿Le parece? -aquello lo dijo sin pensar mucho en realidad, no estaba segura de querer crear algún tipo de lazo afectivo con el, mas bien no estaba para nada segura de querer crearlo con alguna persona sobre la tierra, y si aquel chico quería que le revelara la verdad tendría que crear uno muy profundo.