Y allí estaba ella de nuevo, sus largos cabellos negros caían por todo su cuerpo, su figura se mostraba mas y mas descubierta, Chocolate que así recibía el nombre que sus padres le colocaron, estaba sentada en la mesa de un bar, todo estaba totalmente tranquilo, en sus manos tenía una copa, una hermosa botella de cerveza, y un cigarrillo en los labios, los odiaba pero así era la vida de una mafiosa. En su cuerpo portaba un largo pantalón de cuadros marrón con hermosos y finos cuadros negros, cubiertos por una gran línea blanca, que hacia juego con los colores. Tenía una camisa de color blanco, y un lazo en su cuello, con un hermoso cascabel en forma de collar su vista se había puesto en el vaso de vino delante de ella tomándolo con elegancia y sutileza. Unos zapatos de tacos, del mismo color del pantalón y la blusa, haciéndose notar la gracia que tenia aquella chica, su vista se dirigió a una mesa a lo lejos, varias personas chocando los vasos y bebiendo. Suspiro, y tomo su pistola que tenia entre el pantalón y la camisa.
El ambiente se ponía más pesado, y su cerveza no pasaba de la mitad, se supone que había una misión con aquella persona, ese hombre que no se podía salir de su cabeza. Agarro fuertemente el arma, y la soltó, para tomar con suavidad de nuevo su copa y terminarla, tomando aquella cerveza por la mitad, para llamar al mozo para que se la cambiaran.